Desde el curso pasado venimos realizando diferentes juegos en las clases. El juego es una de las actividades presentes en la naturaleza de los humanos desde sus orígenes. A través del juego, pequeños y adultos aprendemos, experimentamos y conocemos la realidad que nos rodea.
Esta forma de aprender es conocida como “gamificación”. Esta metodología aprovecha la forma natural de enfrentarse al aprendizaje: emplea las normas de los juegos en actividades cuyo objetivo va más lejos del mero entretenimiento. Así cambia la forma de acceder al conocimiento; si antes teníamos una labor que solucionar, ahora tenemos un reto que superar; si antes teníamos una entrega por hacer, ahora tenemos una recompensa por conseguir.
El objetivo de esta clase de propuestas en las aulas, es que si disfrutamos con lo que hacemos, aprendemos mejor. Al implicarnos aumenta nuestra motivación y mejora nuestra capacidad de atención. Así se resuelven algunos de los fallos de las metodologías tradicionales (exposiciones, preguntas, dictados), donde éramos tratados de forma pasiva, sin interactuar con el aprendizaje. Las recompensas y logros, al superar ciertos niveles del juego, son la forma de gamificar una actividad.
La gamificación en las aulas va de la mano de las nuevas tecnologías. Aplicaciones como: Kahoot, Plickers, Quizizz… son algunas de las apps que nos permiten a los profesores conseguir información sobre el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos, así como sugerencias sobre qué aspectos tenemos que insistir más.
La ilusión por aprender de nuestros alumnos, nos motiva día a día a mejorar y buscar nuevas vías de aprendizaje.